El boom de los viajes al exterior que marcó gran parte del último año comenzó a mostrar señales claras de agotamiento. La suba de costos en dólares y el encarecimiento general de los servicios redujeron la brecha de precios que hacía atractivos algunos destinos internacionales frente a las opciones locales.
Durante meses, destinos como Miami o Río de Janeiro resultaron competitivos para los turistas argentinos, incluso en comparación con ciudades nacionales. Sin embargo, el escenario cambió: los pasajes, el alojamiento y los gastos diarios en el exterior aumentaron, mientras que algunos precios internos se estabilizaron en términos relativos.
Este nuevo contexto impacta directamente en la decisión de viaje. Muchas familias que antes optaban por salir del país comienzan a reevaluar alternativas dentro de la Argentina, especialmente para escapadas cortas o vacaciones de verano. El turismo interno vuelve a posicionarse como una opción más previsible en términos de presupuesto.
Desde el sector turístico señalan que el cambio de tendencia no implica el fin de los viajes al exterior, pero sí un ajuste en la demanda. Viajar fuera del país ya no representa el ahorro que supo ser y vuelve a convertirse en una elección más selectiva, asociada a mayores ingresos o a planificación de largo plazo.








