El movimiento turístico superó las expectativas y dejó un fuerte impacto económico en destinos de todo el país. Hotelería, gastronomía y transporte fueron los sectores más beneficiados.

El último fin de semana largo del año dejó cifras contundentes para el sector turístico: cerca de 1,4 millones de personas viajaron por distintas provincias y generaron un gasto total superior a los $249.370 millones. El movimiento, distribuido en destinos tradicionales y emergentes, consolidó una de las mejores marcas del año, especialmente para pymes vinculadas al turismo.

Según los relevamientos, la ocupación hotelera registró picos significativos en ciudades costeras, regiones serranas y zonas termales. La combinación de buen clima, eventos locales y propuestas culturales impulsó el flujo de visitantes y favoreció a destinos que venían de meses de actividad moderada.

En el gasto total se incluyeron hospedaje, gastronomía, excursiones, transporte y compras en comercios locales. Los empresarios destacaron que el fin de semana largo permitió recuperar ingresos en un cierre de año marcado por la incertidumbre económica y la caída del consumo.

Los turistas realizaron estadías de entre tres y cuatro noches, un promedio que se mantuvo estable respecto de otros fines de semana largos. Las rutas estuvieron muy transitadas y los principales corredores viales mostraron un incremento notable de circulación, señal de que el turismo interno sigue siendo una opción fuerte para miles de familias.

Las autoridades remarcaron que el impacto del movimiento turístico fue especialmente visible en las economías regionales, donde los fines de semana largos juegan un papel clave para sostener empleo y actividad. También destacaron el rol de eventos deportivos, festivales y ferias que ayudaron a diversificar la oferta en distintos puntos del país.

Con este cierre positivo, el sector turístico se prepara para la temporada de verano, que podría replicar niveles similares de movimiento si se mantienen las condiciones favorables.

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