Un nuevo análisis económico reveló que el desempeño productivo muestra una fuerte brecha: mientras agro, minería y finanzas registran crecimiento, actividades como la industria, la construcción y el comercio acumulan retrocesos. El contraste refleja el impacto desigual del modelo económico actual.
La economía argentina transita un escenario de contrastes marcados bajo la gestión de Javier Milei. Según un trabajo reciente, la actividad se divide claramente entre sectores ganadores y perdedores, lo que da lugar a un modelo “a dos velocidades”. Por un lado, el agro, la minería —especialmente el litio— y los servicios financieros muestran avances impulsados por la apertura externa, el clima internacional favorable y la desregulación del mercado.
En contraposición, la industria manufacturera registra caídas generalizadas, afectada por la baja en el consumo, la importación de productos terminados y la reducción del crédito. La construcción también atraviesa una fuerte contracción asociada al freno de la obra pública, el costo de los materiales y la incertidumbre sobre inversiones privadas. El comercio, por su parte, siente el impacto directo de la pérdida de poder adquisitivo, con ventas que retroceden mes a mes.
Los especialistas advierten que esta divergencia genera desafíos para el equilibrio macroeconómico: los sectores en crecimiento no alcanzan a compensar la baja de los rubros más intensivos en empleo, por lo que la recuperación laboral se vuelve más lenta y desigual. La dinámica también complica la recaudación fiscal y expone vulnerabilidades estructurales.
Mientras tanto, el Gobierno sostiene que la economía se encuentra en una fase de “reordenamiento” y que los sectores en expansión serán la base para un crecimiento sostenido. Sin embargo, las cifras muestran que la brecha entre actividades sigue ampliándose y que la recuperación total dependerá de la capacidad de recomponer el consumo y reactivar la producción en los rubros más rezagados.








