El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un nuevo esquema para importadores y exportadores que dolariza los saldos a favor acumulados por devoluciones y retenciones impositivas. La medida, que abarca alrededor de US$ 1.500 millones, permite que esas acreencias sean transformadas en créditos fiscales utilizables recién a partir del 1 de enero de 2027, lo que en los hechos funciona como un “seguro de cambio” para las empresas que participan del comercio exterior.
La resolución habilita a que las compañías se inscriban voluntariamente hasta marzo de 2026 y les otorga la posibilidad de preservar el poder adquisitivo de sus saldos en un contexto de volatilidad cambiaria. Para sectores como el automotriz —que concentra entre US$ 900 y US$ 1.200 millones en acreencias pendientes— el beneficio es significativo: les asegura cobrar en dólares y a un tipo de cambio que no quedará erosionado por la inflación local.
Desde el Gobierno destacan que la iniciativa ofrece previsibilidad y reduce la exposición al peso de firmas que vienen operando con márgenes ajustados y dificultades para planificar. A la vez, afirman que el esquema permite aliviar la presión inmediata sobre las arcas públicas, dado que traslada los pagos al próximo ciclo fiscal sin generar un desembolso en el corto plazo.
Sin embargo, economistas consultados advierten que, si bien el instrumento actúa como incentivo para el sector privado, también implica una postergación del pasivo del Estado. Según sostienen, el alivio en las cuentas públicas es transitorio y corre el riesgo de transformarse en un problema mayor si la situación financiera no muestra señales claras de estabilización antes de 2027.
Para las empresas, la medida representa un descanso parcial en medio de restricciones, brechas cambiarias y una economía aún en proceso de ordenamiento. Para el Gobierno, un respiro fiscal que evita tensiones inmediatas. Pero ambos actores coinciden en que el verdadero desafío será sostener un marco macroeconómico estable que permita que este “seguro de cambio” no se convierta en otro mecanismo que acumule presiones para el futuro.








