El sector siderúrgico atraviesa una de sus peores caídas en los últimos años: las plantas de acero en la Argentina operan hoy apenas al 60% de su capacidad instalada. La baja actividad responde a la contracción de la construcción, la merma en la producción automotriz y la desaceleración de la obra pública.
Las principales empresas del rubro advirtieron que el panorama se agrava ante la falta de incentivos y la retracción del consumo interno. Por eso, reclamaron al Gobierno de Javier Milei medidas que reactiven la demanda y permitan recuperar competitividad frente al aumento de costos energéticos y logísticos.
Desde la Cámara Argentina del Acero señalaron que la producción de laminados cayó más del 20% en el último trimestre y que la falta de previsibilidad cambiaria también afecta la importación de insumos. Las compañías pidieron estabilidad macroeconómica, reducción impositiva y reglas claras para sostener el empleo en un sector clave para la industria nacional.
El reclamo llega en un momento sensible para el Ejecutivo, que busca consolidar su programa de apertura económica. En ese contexto, los industriales advierten que sin medidas de estímulo la recuperación podría demorarse y el impacto en el empleo sería cada vez más difícil de revertir.








