El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer esta semana la cifra oficial de inflación de octubre, un dato clave para medir la consistencia del proceso de estabilización que impulsa el Gobierno y las expectativas del mercado respecto a los próximos meses.

Según las estimaciones privadas, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) habría cerrado octubre con una suba cercana al 2,4%, marcando una leve desaceleración respecto al 2,7% registrado en septiembre. De confirmarse, sería el registro más bajo desde fines de 2022 y consolidaría una tendencia descendente que, aunque gradual, comienza a afianzarse en la economía real.

Los analistas consultados por Perfil y otras consultoras privadas coinciden en que la inflación núcleo —la que excluye los precios regulados y estacionales— también mostraría una baja, reflejando cierta estabilidad en alimentos, indumentaria y servicios. Sin embargo, advierten que el camino hacia una inflación de “uno y pico” mensual todavía enfrenta obstáculos estructurales, especialmente por la indexación de contratos y los ajustes tarifarios pendientes.

“Estamos viendo señales de moderación de precios, pero el desafío es sostenerla en el tiempo. La inflación de octubre podría ubicarse por debajo del 2,5%, y si las condiciones se mantienen, el piso del 2% podría perforarse hacia fin de año o en el primer trimestre de 2026”, explicó un economista del sector financiero.

Entre los factores que contribuyeron a la desaceleración se destacan la estabilidad cambiaria, la caída del consumo interno y una política monetaria más contractiva. El Banco Central mantuvo un control firme sobre la base monetaria, mientras que el Tesoro redujo la asistencia financiera, generando una menor presión sobre los precios.

El Gobierno celebra el descenso, aunque evita el triunfalismo. Desde el Ministerio de Economía destacan que “la desinflación es un proceso”, y que el objetivo no es solo bajar los precios sino anclar expectativas. “El trabajo ahora pasa por consolidar la confianza y lograr que las paritarias, los contratos y las tarifas acompañen un esquema más estable”, explicaron fuentes oficiales.

Los alimentos y bebidas —que tienen fuerte impacto en el índice general— mostraron subas más moderadas, impulsadas por promociones y una menor dinámica de costos logísticos. En cambio, los rubros vinculados a servicios personales y salud registraron alzas por encima del promedio, debido a ajustes privados y actualizaciones salariales.

De cara a los próximos meses, las consultoras proyectan que la inflación podría ubicarse en torno al 1,8% en diciembre, si se mantiene la disciplina fiscal y no hay shocks cambiarios o tarifarios. “El escenario de baja inflación es posible, pero frágil. La clave será que el Gobierno sostenga la credibilidad del ancla fiscal y evite presiones políticas por mayor gasto”, sostuvo un informe de la Fundación Capital.

Con una economía que busca reactivar la demanda interna sin volver a encender los precios, el dato de octubre será una prueba decisiva para el rumbo económico del Gobierno. Si la tendencia se confirma, el país podría ingresar en una nueva etapa: la de dejar atrás la inflación crónica y comenzar a discutir políticas de crecimiento sostenido.

Tendencias